Descripción
403 páginas. Título del original en italiano: Apocalittici e Integrati. Traducción de Andrés Boglar. “Para definir la naturaleza de estos ensayos —escribe Umberto Eco en la introducción de la presente obra— y para hacernos comprender en principio por el lector, nos hemos visto obligados a echar mano de un concepto genérico y ambiguo como el de «la cultura de masas». Tan genérico, ambiguo e impropio, que a él se debe precisamente el desarrollo de dos tipos de actitud contra los cuales (con no generosa pero indispensable actitud polémica) vamos a establecer debate. Si la cultura es un hecho aristocrático, cultivo celoso, asiduo y solitario de una interioridad refinada que se opone a la vulgaridad de la muchedumbre, la mera idea de una cultura compartida por todos, producida de modo que se adapte a todos, y elaborada a medida de todos, es un contrasentido monstruoso. La cultura de masas es la anticultura. Y puesto que ésta nace en el momento en que la presencia de las masas en la vida social se convierte en el fenómeno más evidente de un contexto histórico, la «cultura de masas» no es signo de una aberración transitoria y limitada, sino que llega a constituir el signo de una caída irrecuperable, ante la -cual el hombre de cultura (último superviviente de la prehistoria, destinado a la extinción), no puede más que expresarse en términos de Apocalipsis. En contraste, tenemos la reacción optimista del integrado. Dado que la televisión, los periódicos, la radio, el cine, las historietas, la novela popular y el Reader’s Digest ponen hoy en día los bienes culturales a disposición de todos, haciendo amable y liviana la absorción de nociones y la recepción de información, estamos viviendo una época de ampliación del campo cultural, en que se realiza finalmente a un nivel extenso, con el concurso de los mejores, la circulación de un arte y una cultura «popular». Que esta cultura surja de lo bajo o sea confeccionada desde arriba para consumidores indefensos, es un problema que el integrado no se plantea. En parte es así porque, mientras los apocalípticos sobreviven precisamente elaborando teorías sobre la decadencia, los integrados raramente teorizan, sino que prefieren actuar, producir, emitir cotidianamente sus mensajes a todos los niveles. El Apocalipsis es una obsesión del dissen-ter, la integración es la realidad concreta de aquellos que no disienten. La imagen del Apocalipsis surge de la lectura de textos sobre la cultura de masas ; la imagen de la integración emerge de la lectura de textos de la cultura de masas. Pero, ¿hasta qué punto no nos hallamos ante dos vertientes de un mismo problema, y hasta qué punto los textos apocalípticos no representan el producto más sofisticado que se ofrece al consumo de masas?” Tal es el problema central que se plantea el gran crítico y pensador italiano, en una serie de ensayos magistrales sobre la cultura de masas contemporánea, en los que analiza, con la misma exigencia y rigor que en otros libros suyos ha aplicado a las más altas cuestiones estéticas, la estructura del mal gusto, el lenguaje expresivo de los co-mics, el mito de Superman, la función de la canción de consumo, el papel de los medios audiovisuales como instrumento de información, el influjo de la televisión en el mundo de hoy. Por la actualidad candente de los temas que plantea, y el rigor y la penetración con que analiza el papel que desempeñan en la moderna sociedad de masas, es ésta una de las obras más brillantes y reveladoras de Umberto Eco.




