Descripción
125 páginas. Todos los católicos, los cristianos en general, los hombres de buena voluntad en el mundo con o sin confesión explícita, han venido deseando con beneplácito la palabra de la Encíclica Populorum Progressio, esa palabra que bajando del más alto magisterio viene a poner en claro el papel de la Iglesia frente a la realidad terrena de los presentes días. “El Papa define, en cierto modo, el contenido de la Encíclica como la voz de la conciencia contemporánea” dice Monseñor Podestá, conciencia del hombre moderno y de un mensaje que llega de Dios, clamor lanzado por los hombres en todos los lugares de la tierra, voz ansiosa de los pueblos que aspiran a una vida digna, al trabajo sin humillación, a una salud decente; a la instrucción, a la libertad y la seguridad, “y a la participación en la gran empresa del mundo, a ser partícipe en su desarrollo”. El mensaje de la Encíclica es válido para todos los hombres de buena voluntad, dice una voz de la Iglesia, un llamado de la conciencia para la realización de una solidaridad y una humildad conforme con los postulados de la filosofía cristiana. El destino de la civilización está en peligro y sólo esa solidaridad y humanidad dignas podrán salvarla. Aquí están los cuatro puntos de vista de cuatro mentalidades argentinas. Cada una expone su criterio sobre la Encíclica, y aunque opuestos unos y distantes otros, en sus últimos fines coinciden en atestiguar la nobleza y los propósitos implícitos de reivindicación del mensaje papal, puntos de vista que por nuestra parte ofrecemos a la consideración de los lectores argentinos “de buena voluntad”.
