Descripción
112 páginas. Selección Emecé de obras contemporáneas. Intonso. Eduardo Augusto García, ex representante de nuestro país ante la Organización de Estados Americanos, es un profundo conocedor de la política internacional argentina. En brillante síntesis expone aquí, para mejor conocimiento de quienes no son especialistas en la materia, los principales hechos, actitudes y documentos susceptibles de ilustrar adecuadamente la línea observada por la República como miembro de la comunidad de las Naciones. Señala el autor que, analizando los actos de gobierno y los documentos derivados de aquéllos, desde la Revolución de Mayo hasta el Congreso de Panamá, se advierte una línea de conducta hábil, digna e inteligente, que puede sintetizarse en una serie de principios fundamentales, a saber: igualdad jurídica de los Estados, solidaridad y cooperación entre los Estados americanos, inviolabilidad de la pro-• piedad privada, repudio de la intervención de los Gobiernos en el régimen de otro Estado independiente, la voluntad de los pueblos expresada en elecciones libres como único origen de la legitimidad de los gobiernos, repudio de la dictadura y la tiranía, etc. Examina más adelante el doctor García, la contribución argentina al perfeccionamiento del Derecho Internacional. En este sentido empieza por analizar el pensamiento de quienes como Alberdi, Calvo, Bernardo de Iri-goyen y Drago, plantaron los jalones de nuestra tradición jurídica, cuya continuidad señala en sus manifestaciones más recientes. Así, por ejemplo, la que denomina “doctrina Bonifacio del Carril”, sobre reconocimiento de los gobiernos “de facto” y puntualizada por el mencionado Canciller en la carta dirigida el 3 de agosto de 1962 al Secretario de Estado norteamericano Dean Rusk. Termina el autor este importante y útil trabajo resumiendo los rasgos que caracterizan al espíritu y modalidades de nuestra política exterior, orientada hacia la defensa de las más sanas prácticas de convivencia internacional, y mantenida hasta l:on el auxilio de la fuerza, cuando ello fue preciso para preservarla de desviaciones peligrosas.




