Descripción
347 páginas. Se hizo alguna vez a don Juan Montalvo el reproche de haber inmortalizado con sus Catilinarias a un tiranuelo de categoría demasiado reducida para el ejercicio de su apasionamiento y para la exhibición de todo el poder de su estilo incomparable. Veintimiglia no era un adversario para la talla espiritual de Montalvo; lo era más bien García Moreno, a quien mató su pluma cuando quiso hacer del Ecuador un refugio del despotismo. Pero las Catilinarias no van directamente contra García Moreno, sino contra un tiranuelo intrascendente. ¿Es ese un argumento? Esta obra es una de las joyas de la literatura política de combate en la historia de la lengua española. Pocos han podido llegar antes que él a la misma altura y pocos después de él, si es que llegó alguno. Arrebata la pasión, deslumbra la frase marmórea, anodada la belleza del estilo. ¿Qué habría hecho un Montalvo en la primera mitad del siglo XX ante los absolutismos dictatoriales y terroristas que se adueñaron de tantos países? Su pluma habría sido como el rayo de Júpiter y habría equivalido a un poderoso ejército. No habría quedado inactiva, no se habría herrumbrado en la inmovilidad. A dónele no hubiese llegado la mano justiciera, habría llegado el tiranicidio moral e intelecjual provocado por su pasión y su arte. Una de las tragedias de nuestro siglo XX es que no ha contado con un Juan Montalvo. Léanse con unción religiosa estas páginas maestras, en las que la forma está a la par de su contenido. Las nuevas generaciones de España y América deben honrar en el autor de este libro, al gran combatiente Montalvo, una de las mayores glorias de la lengua castellana.
