Descripción
138 páginas. Título del original en inglés: Music and Imagination. Traducción de Néstor R. Ortiz Oderigo. Aaron Copland es una de las personalidades más prominentes del panorama musical norteamericano. Compositor laureado con el Premio Pulitzer, es también director, pianista, conferenciante y autor de libros sobre temas de su especialidad. Su producción musical —que abarca varias sinfonías y obras para orquesta, así como composiciones para películas cinematográficas—, es considerada altamente representativa de la música actual de los Estados Unidos. En el presente volumen, Aaron Copland consagra un prolijo estudio a la parte que toca a la imaginación en la composición, ejecución y audición musicales, asi como al papel que dichos aspectos desempeñan en América y en Europa. Cree el autor en la necesidad de establecer contactos más frecuentes entre el público y la producción de los compositores nuevos, no sólo con el propósito de alcanzar una audición más sensitiva, sino también para evitar que las salas de conciertos se conviertan en museos musicales dedicados a la repetición indefinida de las obras de compositores inmortalizados por la fama. En un interesante capítulo dedicado a observar las experiencias de los compositores que han hecho un uso imaginativo de la variedad de timbres o de los instrumentos orquestales, esboza una perspectiva de las posibilidades de la música del futuro, cuyas realizaciones habrán de apoyarse en los progresos de la ingeniería electrónica. Otro de los puntos interesantemente tratados es el concerniente al proceso que vive el intérprete altamente dotado. Para penetrarlo, sirven de guía las características de los ejecutantes más prominentes de la actualidad. En la consideración de las manifestaciones imaginativas dentro de la música contemporánea, Copland estudia además la revolución del siglo XX contra las formas clásicas. Sus análisis de la música americana destacan la contribución negro-ibérica, especialmente en lo que se refiere al ritmo, que a su juicio ha alcanzado, en el Nuevo Mundo, una sutileza y complejidad que van mucho más allá que la materia europea que les sirvió de base. El capítulo final, integrado por interesantísimos elementos autobiográficos, trata del problema que debe afrontar el compositor para justificar, en medio de una sociedad industrial como lo es la norteamericana, la vocación de arte que informa su propia existencia.
