Descripción
Ilustrado en b/n. El análisis de la obra llevada a cabo por el pintor sevillano Antonio Agudo, da lugar a establecer un repertorio de precisiones sobre lo que representa el nuevo realismo pictórico del que en España se dan un importante y valioso número de creadores. Este realismo obedece, en sus líneas generales, a las mismas motivaciones que lo ban hecho posible en otros países, principalmente en los EE. UU. Sus orígenes no están en un deseo de volver a las antiguas tradiciones pictóricas de carácter figurativo, sino en la consecuencia lógica de la evolución y negativa de diversos factores que los movimientos de vanguardia han desencadenado. Por un lado, la fiebre experimentadora y el impulso por trascender las diversas fronteras de la creación plástica alterando las formas de expresión, los materiales e incluso la estructura clásica de la obra de arte y la diferenciación de los géneros, da por resultado una serie de descubrimientos que inciden en el planteamiento de unas nuevas relaciones con la obra de arte, en la que, por una parte, las dimensiones del concepto de imagen constituyen un punto de partida que, consciente o inconscientemente, todos los artistas consideran y en la que una de las fases fundamentales es el descubrimiento de nuevos poderes visuales en la obra de arte. En otro aspecto, esta serie de experiencias provocan un enorme cansancio y, paralelamente, una actitud de desconfianza ante el porvenir de la obra por su propia naturaleza aceleradamente consumible y perece-deraV con lo que el inversionista, que acude al arte buscando un acomodo seguro para su dinero, se ve asaltado por el fantasma de una incontrolable y uniforme productividad artística exacerbada con el planteamiento de unas experiencias que como el arte conceptual, el arte residual o el arte pobre, rompen la relación directa entre la creación artística y el objeto u obra de arte, y al no cristalizar en una realidad transmisible cargan de relatividad la dimensión económica del arte.
